En la mentira no se puede ser libre. Vivir en la mentira es vivir en esclavitud, pues para mantener con vida esa mentira, necesitamos construir más mentiras. No podemos ser libres siendo alguien que no somos, pues eso sería ser una mentira, y al ser eso que no somos, tenemos que mantener con vida eso que no somos, tenemos que mantener con vida esa mentira. Lo cual no solo nos somete, sino que también nos consume, nos destruye y nos ciega.
Ser alguien que no somos es ser esclavo de todo eso que no somos. No hay manera de no ser esclavo de eso que intentamos ser y no somos. Ser una mentira nos obliga a construir una vida llena de mentiras, de mentiras que tenemos que proteger, porque romper una mentira significaría revelar algo que no queremos revelar, sacar a la luz todo eso que nos da miedo mostrarle al mundo.
Cuando no somos nosotros mismos, somos una mentira, y al ser una mentira, vivimos con miedo, y no solo vivimos con miedo, sino desde el miedo. Las decisiones que tomamos en nuestra vida son decisiones desde el miedo y refuerzan ese miedo y esa mentira que estamos siendo, por lo que cada vez se vuelve más difícil salir de esa esclavitud. Al vivir desde el miedo, vivimos en contra de nosotros mismos; hacemos cosas que nos hieren, nos rodeamos de personas que nos dañan y también dañamos a las personas que nos rodean.
Al vivir desde el miedo, vivimos poseyendo a las demás personas y permitiendo que nos posean. Nuestras relaciones se convierten en una prisión, pero no son más que una manifestación de lo que nosotros somos internamente, aunque no nos demos cuenta. Y si nos damos cuenta, solo es de manera parcial. Podríamos notar que las personas nos poseen e intentar liberarnos, pero aunque lo intentemos, no lo lograremos, pues no son ellas quienes nos poseen en su totalidad, sino que ellas nos poseen porque nosotros estamos atados internamente. Nuestra esclavitud nos ata a los demás. Para liberaros de quienes nos atan, debemos liberarnos de nosotros mismos.
No podemos ser libres de los demás si no somos libres de nosotros mismos, y no podemos ser libres de nosotros mismos si somos alguien que no somos. Esto quiere decir que para poder ser libres de nosotros mismos, debemos ser nosotros mismos, y solo en la medida en que seamos libres de nosotros mismos, seremos libres de los demás. Seremos desde la libertad, desde la libertad que nos hemos dado.
No podemos ser libres siendo una mentira, tenemos que ser una verdad para poder ser libres; ser nuestra verdad, porque podemos intentar ser la verdad de alguien más, y eso también es ser una mentira. Ser uno mismo es ser libre de uno mismo, pues ser uno mismo es ser nuestra verdad. Nuestra verdad no nos esclaviza, nos libera de nosotros mismos. Nuestra verdad nos libera de nuestros miedos. Nuestra verdad hace que dejemos de vivir desde el miedo, y al dejar de vivir desde el miedo, dejamos de vivir en nuestra contra, dejamos de ser esclavos, dejamos de atarnos a los demás y a la vez impedimos que nos aten. Al ser nuestra verdad, ya no somos desde el miedo, somos desde la libertad, y todo lo que hagamos mantendrá con vida esa libertad.