A menudo buscamos lo que es para nosotros, tratamos de encontrar nuestro camino, nos sentimos perdidos y creemos que los caminos por los que caminamos no son nuestros. Vivimos creyendo que tal vez no encontraremos nuestro camino y pasaremos el resto de nuestra vida simplemente dando vueltas, sin llegar a ningún lugar. Tal vez no se trata del camino, sino de nosotros mismos.
Caminar en caminos que no son nuestros nos agota, nos frustra, nos hace sentir que estamos desperdiciando nuestra vida. Caminar en caminos que no son nuestros nos hace sentirnos lejos de nosotros mismos. Caminar en caminos que no son nuestros nos hace perdernos de vista. Caminar en caminos que no son nuestros nos hace ser alguien que no somos. Caminar en caminos que no son nuestros nos lleva a lugares que no son para nosotros.
Tal vez no se trata de encontrar nuestro camino, sino de encontrarnos a nosotros mismos. Cuando caminamos en caminos que no son nuestros, es porque estamos caminando desde algo que no somos. Caminamos en caminos que no son nuestros cuando estamos lejos de nosotros mismos. Buscamos incansablemente nuestro camino sin siquiera habernos encontrado y es por eso que la búsqueda y los caminos que encontramos, nos vuelven locos. Buscamos un camino para ir con un ser que no es nuestro, que todavía no hemos descubierto. Buscamos un camino para alguien que no sabemos quién es. Y tal vez esa necesidad de encontrar nuestro camino sea, en realidad, una necesidad de encontrarnos a nosotros mismos.
No hay caminos propios fuera de nosotros mismos. Fuera de nosotros mismos solamente podemos encontrar caminos que no son nuestros. Si realmente queremos encontrar nuestro camino, no debemos mirar hacia afuera, sino hacia dentro. Nuestro camino surge de lo que somos y mientras no seamos, no hay camino. Al encontrarnos a nosotros mismos, surge nuestro camino; pues al encontrarnos, no hay manera de salirnos de nosotros, y a cualquier lugar que vamos, vamos desde lo profundo de nuestro ser. No caminamos hacia lo que sabemos que no es nuestro y lo sabemos porque ya sabemos lo que somos.
Nuestro camino brota de lo que somos, lo que somos no brota del camino. No podemos encontrar nuestro camino sin habernos encontrado a nosotros mismos.
Yo no elegí
ningún camino,
yo me elegí a mí,
y así nació
un nuevo camino.
zab g. andrade
tremendamente profundo al alma.
Me gustaMe gusta