Que algo sea normal para ti no significa que sea bueno para ti. Normal no significa bueno. Mucho de lo que consideramos normal en nuestra vida no es más que algo a lo que nos hemos acostumbrado, a lo que nos hemos sometido. Y lo hemos vuelto normal por el simple hecho de que nunca hemos conocido algo distinto a eso que hemos tenido y nunca nos hemos puesto a cuestionar si lo que vemos como normal es algo que debe serlo o no.
Si la primera forma de amor que recibimos fue un amor abusivo, es probable que crezcamos creyendo que eso es el amor. Vamos a normalizar esa idea del amor y aceptaremos y buscaremos ese tipo de amor, pues nunca hemos conocido una forma distinta de amor. Y si nos llegamos a encontrar con una forma distinta de amor, creeremos que no es amor y la rechazaremos. Esto no solo se aplica al amor, sino a otras áreas de nuestra vida. Lo que hemos tenido desde el principio de nuestras vidas nos crea la idea de lo que deben ser las cosas el resto de nuestra vida y podemos llevar esa idea por siempre si no somos conscientes de lo que esas ideas o cosas que hemos normalizado están haciendo en nosotros.
Es hasta que cuestionamos las cosas que hemos normalizado que podemos cambiarlas y cambiarnos, es hasta que somos conscientes de nosotros mismos que nos cuestionamos las cosas que hemos vuelto normales y empezamos a deshacernos de cosas que siempre hemos aceptado, de cosas a las que nos hemos acostumbrado. Si somos conscientes de nosotros mismos, dejamos de vivir desde lo que hemos recibido, dejamos de volver normales las cosas que siempre habíamos tenido como normales y que nos hacen daño.
Podemos saber si lo que hemos normalizado es lo que debe ser normal a través de lo que esas cosas hacen en nosotros. Volviendo al ejemplo anterior, si nuestra idea del amor es un amor abusivo, al encontrar ese tipo de amor, nos destruirá, lo cual significa que esa idea normalizada del amor no debería ser normal, pues nos destruye. Si lo que hemos normalizado nos hace daño, no debe ser normal. Si lo que hemos normalizado nos impide ser, no debe ser normal. Y si no debe ser normal, no debe estar en nosotros. El daño que las cosas que hemos vuelto normales hacen a nuestra vida nos dice que esas cosas no deben ser normales.
Volvemos normales las cosas que nos hacen daño y eso demuestra lo dañados que estamos, lo mucho que necesitamos sanar. Que las cosas que nos hacen daño sean normales para nosotros no significa que aprendimos a vivir con ellas, más bien, significa que nunca aprendimos a vivir con nosotros. Pues nos acostumbramos a las cosas que nos destruyen, nos autodestruimos. Volver normales las cosas que nos hacen daño nos termina convirtiendo en alguien que no somos, nos lleva a vivir una vida que no es para nosotros.
Normal no significa bueno, lo bueno es lo que debería ser normal. Cuando todas las cosas normalizadas en nuestra vida son cosas que nos destruyen, no son las cosas que deben estar en nuestra vida. Lo que nos hace bien es lo que debe ser normalizado y lo que debe estar en nuestra vida.