Si prestamos atención a la manera en que una persona habla de sí misma, podemos saber si habla desde su verdad o desde una herida, desde lo que realmente es o desde su miedo, y de esa manera también podemos saber lo que esa persona será con nosotros.
Una persona que vive hablando mal de sí misma, que todas sus palabras sobre sí misma son despectivas; que cuando habla de sí, parece que habla de un monstruo, no es una persona sana. Es una persona que necesita sanar. La manera en que una persona habla de sí misma nos dice cómo se ve esa persona a sí misma y la forma en que se ve a sí es la forma en que ve todo en la vida, incluso a nosotros.
Cuando todas nuestras palabras son en contra de nosotros, nuestras palabras evidencian que no hemos llegado a nuestro ser, que estamos perdidos en nuestros miedos, en alguna herida, en una circunstancia. Nuestras palabras revelan que hay algo que necesitamos curar, y si no lo hacemos, toda relación que creemos, surgirá de esas heridas y nos llevará a herirnos más. Nuestras relaciones se convertirán en una necesidad de que los demás digan de nosotros lo que nosotros no podemos decir de nosotros.
Las personas serán con nosotros lo que sean consigo mismas y podemos saber lo que son consigo mismas a través de lo que dicen de sí. Cuando las personas hablan de sí como si fueran lo peor, independientemente de lo que hayan vivido, están revelando en qué lugar se encuentran y desde dónde se relacionarán con nosotros. Lo cual nos puede lleva a saber cómo será su relación con nosotros.
Las personas que hablan mal de sí mismas son personas que tienden a victimizarse, a culparse, a creer que merecen lo peor, a ver a los demás como si quisieran hacerles daño, a sentirse inseguras, a verse con menor valor, a creerse incapaces, a necesitar aprobación y todo eso hace que se vuelvan una carga para quienes se relacionen con ellas, pues quien se relacione con ellas, tendrá que hacerles creer que son distintas a lo que dicen de sí.
Una persona sana no puede vivir hablando mal de sí misma, ni diciendo palabras que destruyan su ser, no es coherente. De una persona sana solo pueden salir palabras sanas, palabras que estén a la altura de su ser. Si las palabras que una persona dice de sí misma son sanas, equilibradas y favorables, es porque ha llegado a su ser o está en camino de su verdad.
tu arte es simplemente hermoso
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