saber decir no

¿Por qué nos cuesta decir no? ¿Nos cuesta decir no porque estamos seguros de lo que queremos o porque estamos inseguros? ¿Nos cuesta decir no porque tememos herir? ¿Nos cuesta decir no porque no queremos que piensen mal de nosotros? ¿Nos cuesta decir no porque tenemos miedo a que nos rechacen?

La causa de no poder decir no, no son  las otras personas, tampoco el amor que les tenemos, el amor que nos tienen o las circunstancias, aunque las utilicemos para justificar nuestra incapacidad para decir no. Porque generalmente cuando hablamos sobre el porqué nos cuesta decir no, recurrimos a las otras personas, a las relaciones que tenemos con ellas, al amor o a las circunstancias. Pero que las utilicemos para justificarnos no significa que ellas sean la causa, más bien, ellas son el medio que utilizamos para revelar, a través de la justificación, que la forma en que nos relacionamos con nosotros mismos no está a la altura de nosotros mismos.

La causa de no saber decir no, está en nosotros, en lo que somos para nosotros, en lo que queremos para nosotros. Generalmente, cuando no sabemos decir no, tenemos miedo. Esa indecisión no proviene de una seguridad o libertad, sino de un miedo. Nos cuesta decir no, porque tenemos miedo a ser rechazados. Nos cuesta decir no porque tenemos miedo de herir a las personas. Nos cuesta decir no porque tenemos miedo de que ese no aleje a las personas que amamos. Nos cuesta decir no porque tenemos miedo de que las personas dejen de darnos lo que nos dan. Cuando no podemos decir no, nunca estamos seguros, si estuviésemos seguros, diríamos que no sin pensarlo. Nuestra incapacidad para decir no, nace del miedo. Entonces, al no poder decir no, decimos sí a todo y si decimos sí a todo, aceptamos cualquier cosa que nos den, permitimos todo, nos sometemos a todo.

Cuando no sabemos decir no, estamos traicionando lo que somos. Cuando no sabemos decir no, estamos faltándole el respeto a lo que somos. Cuando no sabemos decir no, estamos desvalorizando lo que somos. Cuando sabemos decir no, vamos a cualquier lugar, vamos con cualquier persona, hacemos cualquier cosa. Cuando no sabemos decir no, somos esclavos de nuestro miedo. Cuando no sabemos decir no, anulamos nuestra voluntad y nuestra libertad, y eso se convierte en destrucción hacia nuestro ser. El sometimiento hacia muchas cosas no proviene de las cosas, sino de un sometimiento interno hacia nuestro miedo.

Muchas veces, con tal de no herir, de no ser rechazados, de que no piensen mal de nosotros, de no hacer sentir mal a los demás, les decimos que sí, porque creemos que al decirles que no, estamos rechazando a la otra persona, estamos desvalorizándola, estamos alejándola de nosotros, estamos ofendiéndola, estamos hiriéndola, pero ese pensamiento no surge de lo que somos ni de un lugar sano, sino de nuestro miedo. Vivir pensando que decirle no a las personas que amas les hará daño, tiene que ver más con lo que tú piensas de ti que con lo que piensas de esas personas. Vivir pensando que decir no a la persona que amas hará que deje de amarte, revela tu necesidad de amor y más que amor de la otra persona, de ti. Hay poca valoración propia en no saber decir no, porque si nos valoráramos, no pondríamos en juego lo que somos, nos elegiríamos aunque tuviésemos que decirle que no a todo el mundo, nos podríamos en primer lugar.

Cuando decimos no, no estamos rechazando a la otra persona. Cuando decimos no, no estamos restándole valor a los demás. Cuando decimos no, no estamos faltándole el respeto a nadie. Cuando decimos no, no estamos haciendo daño a nadie. Cuando decimos no, nos estamos eligiendo a nosotros mismos, estamos siendo fieles a nosotros mismos, estamos respetando lo que somos, estamos valorando lo que somos, estamos protegiendo lo que somos.  No necesitamos decir sí a todo para mostrar nuestro amor por las personas, no necesitamos decir sí a todo para que nos acepten, no necesitamos decir sí a todo para que nos amen. Decir sí a todo es decirse no a uno mismo.

No podemos aceptar todo, solo podemos aceptar lo que somos. Si aceptamos todo, no somos.

1 comentario en “saber decir no”

  1. Una vez más, al leer un apartado más de tu blog, has vuelto a conseguir dejarme sin palabras. Sigue haciendo y trabajo de la manera en la que lo haces porque consigues grandes cosas. La forma de analizarlo todo y expresarlo lo hace único. Gracias otra vez.

    Enviado desde mi iPhone

    Me gusta

Deja un comentario