En ocasiones nos sentimos insuficientes, creemos que todo lo que somos no alcanza para lograr lo que queremos ni para ser lo que anhelamos. Que lo que somos no tiene lo necesario para vivir como queremos vivir, sentimos que nos hace falta algo. Que sin importar cuanto nos esforcemos, no lo lograremos. Que no seremos suficientes para otra persona, para un trabajo ni para nosotros mismos. Estos sentimientos y pensamientos son reales en nuestra vida y nos impiden vivir lo que somos, nos obligan a vivir por debajo de lo que somos; nos someten a una vida que no es nuestra.
El sentimiento de insuficiencia no viene por sí solo, viene como consecuencia del miedo, como resultado de una desvalorización de lo que somos, como resultado de la ignorancia de nuestro ser. El sentimiento de insuficiencia proviene de no mirarnos a nosotros mismos, aunque nosotros creamos que nos sentimos insuficiente por lo que miramos en nosotros, pues al sentirnos así solo miramos lo que tememos de nosotros, lo que nos daña, lo que odiamos, lo que no queremos.
No sentirnos suficientes nos lleva a hacer cosas para serlo y ser aceptados, nos obliga a intentar complacer a los demás con el propósito de hacernos creer que somos suficientes para ellos y así creer que somos más que lo malo que nosotros pensamos de nosotros. La mayoría de las cosas que hacemos para sentirnos suficientes terminan haciéndonos daño, porque no provienen auténticamente de nosotros, sino de nuestro miedo a no ser suficientes. La necesidad de aprobación ajena es una señal de desaprobación propia. Buscamos que otros nos aprueben porque nosotros no lo hacemos, nosotros nos rechazamos. Cuando te apruebes a ti mismo, dejarás de buscar aprobación en otros y dejarás de hacerte daño intentando complacer a otros.
¿Necesitas ser suficiente para alguien más? La respuesta es no, no necesitas ser suficiente para otros y las personas que realmente te aman nunca te harán sentir que no eres suficiente. Cuando una persona te hace sentir que no eres suficiente, esa persona te está diciendo que ella no es suficiente para sí misma o no ha descubierto que lo es. La manera en que esa persona te hace sentir, es la manera en que ella se siente. Tú no necesitas ser suficiente para alguien que no eres tú y para ti lo serás cuando dejes de intentar serlo para otros.
Tener la necesidad de ser suficiente para otra persona implica que nosotros pensamos que esa persona no es suficiente para sí misma y que lo que nosotros somos es lo que le hace falta para ser suficiente, pero lo que en realidad sucede es que somos nosotros quienes nos sentimos insuficientes y buscamos ser suficientes para otros con tal de llenar un vacío propio. Nuestra necesidad de ser suficiente para alguien más, es nuestra necesidad de ser suficientes para nosotros mismos.
Tú piensas que no eres suficiente porque vives mirando hacia afuera, miras a otros, lo que ellos son, su aparente éxito, la vida que tienen, lo que han logrado y crees que no tienes lo que ellos tienen. Vives comparando lo incomparable; en cada comparación hay ignorancia, hay falta de comprensión, hay miedo y hay destrucción. Uno solo se compara con otros cuando se siente inferior a otros. Eres tú mismo quien se hace sentir insuficiente, no las personas ni lo que realmente eres, porque hay una gran diferencia entre sentirse insuficiente y serlo. No puedes ser suficiente para ser lo que los demás son, eso significa que si te sientes insuficiente, puede que sea porque estás intentando ser alguien que no eres tú. Tú eres suficiente para ti y solo puedes serlo para ti, para cualquier otra persona que trates de serlo siempre serás insuficiente y eso revela todo lo que estás siendo, si estás siendo tú o estás siendo una versión dictada por tu miedo.
Te sientes insuficiente porque vives mirando hacia afuera. Cuando mires hacia adentro, descubrirás que estás rebosando.
Quien mira hacia afuera, tiembla.
Quien mira hacia adentro, baila.
Impresionante! Totalmente calada!
Me gustaMe gusta