talento

 

Miramos personas con capacidades extraordinarias para realizar alguna actividad en la vida y nos sorprende, nos parece que esas personas nacieron con algo que nosotros no, se nos hace imposible creer que nosotros tengamos eso extraordinario como para hacer algo de la forma en que ellas lo hacen. Hay quienes creen que solo unos cuantos tienen talento, que no todo el mundo fue privilegiado de esa manera, pero esto es porque intentan limitar la cantidad de los talentos de acuerdo a las personas de las cuales más escuchan o ven, asumen que solo los talentos visibles o populares existen y no ven más allá, por lo que al verse a sí mismas es posible que vean que carecen de talentos, pero solo es porque creen que no hay muchos talentos y que no son para todas las personas. Las personas creen que todo se trata de talento, pero ¿se trata de talento? No lo creo, aunque el talento es importante. Todos tenemos talentos, pero lo que importa no son los talentos que tengamos, sino lo que hagamos con ellos y la forma en que lo hagamos.

Uno de los problemas a los que más enfrentamos es la lucha entre lo que queremos hacer y lo que realmente podemos hacer, muchas personas ignoran lo que pueden hacer por estar luchando por hacer algo que no pueden hacer. Debemos ser realistas con nosotros mismos y dejar de engañarnos, el hecho de que yo quiera hacer algo no significa que pueda hacerlo. Muchas de las cosas que queremos hacer provienen de nuestros temores, de nuestra lucha por ser alguien en la vida, porque pensamos que hacer nos hará ser alguien y funciona al revés, ser nos permite hacer y hacer de forma extraordinaria. Es muy fácil saber si lo que estás haciendo es lo tuyo o es solo lo que quieres hacer: si te sale de forma natural, si no lo fuerzas, si fluyes al hacerlo, si te sientes tú mismo al hacerlo, si puedes admirarte, apreciarte y amarte más al hacerlo, si puedes descubrirte al hacerlo, si puedes verte con mejores ojos, si cada vez crees que lo haces mejor; estás haciendo lo tuyo. Si tienes que forzarlo, si te frustra, si te hace odiarte, si cada vez que lo haces terminas haciéndote daño, si te hace sentir pequeño o inútil, si no puedes verte mejor, tal vez estás intentando hacer algo que no es lo tuyo.

La fama no te da talento, el reconocimiento y los premios no te dan talento, así que no te preocupes por eso. Los talentos no se reducen a lo visible, popular o común, muchos talentos son invisibles ante la mayoría y los talentos tampoco se reducen a lo artístico. Tú puedes tener talento para cocinar, para construir, para plantar jardines, para alegrar a otros y para todo lo que te puedas imaginar y no menosprecies ningún talento tan solo porque no es como el de otros.

El talento funciona de acuerdo a lo que somos y lo que somos es único, imposible de imitar o duplicar, es por esta razón que, aunque tengas talento para hacer música, la música que tú hagas jamás será igual a la de otros, pero para llegar a eso tienes que escucharte a ti mismo y crear con tu propia voz y no con la voz que escuchas de otros.  Puedes ver a John Mayer haciendo música y a Bob Dylan, y aunque ambos hacen música, cada uno la hace a su manera, es imposible de creer que hacen lo mismo. Ellos son reconocidos por hacer lo que solo ellos pueden hacer de esa forma, porque lo que hacen lleva la esencia de su ser, por su autenticidad. Si todos los que hacen música, hicieran la misma música, a nadie le importaría y nadie creería que tienen algún talento extraordinario, esto significa que lo extraordinario no está en el talento, sino en la persona que lo tiene. Lo extraordinario está en lo que una persona es y en lo que decide hacer con lo que tiene.

No se trata de talento, se trata de lo que haces con él. Se trata de constancia, disciplina, sacrificio, esfuerzo, entrega, aprendizaje.  El talento es una piedra que necesita ser esculpida, el talento en sí mismo no es nada, no vale nada, no hace nada; el talento no tiene vida propia.

No se trata de talento, se trata de entregar tus días y tus noches, tus vacaciones, tus días tranquilos, tus días caóticos; todo por arder, no hay forma de esperar, no se puede dejar para después. Se trata de entregar tu cabeza, tu alma, tu corazón, tu pellejo, tu corazón, tus huesos, tu tiempo, tu vida, tus ojos. Se trata de entregar todo de ti por hacer arder tu talento, por hacerte arder a ti. El talento no te dará nada, tú te darás todo si sabes qué hacer con él.

Se trata de lanzarte al fuego y resistir, resistir al fuego, resistir a otros, resistir a ti mismo; nadie te lo impedirá tanto como tú. Se trata de luchar, de mantenerse caminando sin importar que pierdas la cabeza, los pies, todo de ti. El talento es más trabajo que talento.

El talento te da alas, pero solo el trabajo te hará volar.

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