Tienes miedo de hacerlo porque no crees que seas lo suficientemente bueno. Tienes miedo de intentarlo porque te comparas con otros y te sientes pequeño y piensas que nunca llegarás a ser como ellos y tienes razón, nunca llegarás a ser como ellos, porque tú no eres ellos; solo puedes arder con tu fuego y brillar con tu luz, por mucho que lo intentes no vas a brillar con la luz de otros. Y nada en la vida va de ser como otros o hacerlo como otros, sino de ser uno mismo. Tienes miedo a que te rechacen, miedo a que te rechace gente que ni siquiera es importante para tu vida y ese miedo a que te rechacen otros proviene de estar rechazándote a ti. Tienes miedo a que los demás piensen mal de ti porque tú piensas mal de ti. Tienes miedo a que odien lo que haces, a que te vean como alguien mediocre, insignificante o a que ni siquiera te vean y eso porque tú no logras verte; si pudieras verte, no necesitarías miradas ajenas para sentir tu valor. Tienes miedo a perder y sufrir la vergüenza de haber perdido, más que a la pérdida. Tienes miedo al fracaso y más que eso, a ser visto como un fracasado, y que, al verte, la gente piense que no lo lograste, que no eres lo suficientemente bueno, que eres inútil. Es un miedo a ti mismo el que tienes, un miedo a lo que no eres, a la imagen errónea que has creado de ti. No tienes miedo a intentarlo, no tienes miedo a hacerlo, tienes miedo a no ser alguien, a ser nadie, y es justamente ese miedo a no ser alguien el que te impide ser tú y hacer lo que solo tú puedes hacer. Todos tus deseos de hacer algo en la vida para no ser nadie esconden la necesidad que tienes de ser tú. Cuando comprendas eso dejarás de intentar hacer para ser y ya no tendrás miedo a no ser alguien, tampoco tendrás miedo al fracaso, a la pérdida, al rechazo, a lo que piensan otros, a no ser suficiente; dejarás de hacer para ser y empezarás a ser para hacer y hacer lo que solo tú puedes hacer.