Tal vez sientes que tus pasos no te están llevando a ningún sitio, que todo lo que haces es en vano y cada vez te pesa más el cansancio de la monotonía. Sientes que estás encerrado sin posibilidad de salir, sientes un profundo estancamiento y ves infinitamente lejos lo que sueñas y la vida que quieres para ti. Sientes que caes y caes. Sientes que lo pierdes todo y con eso te sientes un poco perdido. Y es real lo que sientes, pero esa no es la realidad. La percepción que tenemos de nuestra vida es manipulada por nuestros sentimientos. Los sentimientos son reales, pero ellos no definen nuestra realidad, a menos que nosotros configuremos nuestra vida desde lo que sentimos, lo cual nos lleva a cimentar nuestra vida sobre niebla, porque los sentimientos son efímeros y si construimos nuestra vida basada en ellos, más tarde estaremos buscando esos sentimientos con los cuales nos construimos y nos enfrentaremos al hecho de que han desaparecido y lo que construimos pueda que también. Lo que somos está por encima de lo que sentimos, sin importar si lo que sentimos es algo bueno o algo malo. No somos lo que sentimos, somos más y a veces lo que sentimos nos impide verlo. No puedes evadir lo que sientes, pero debes comprender que lo que sientes está en ti, tú no estás en lo que sientes. Que tú no veas que estás avanzando no significa que no estás avanzando. Que tú te sientas estancado no significa que lo estás. Tal vez no logres verlo, pero el hecho de que estés aquí y que sigas caminando aun sintiendo que no vas a ningún sitio revela lo que realmente eres, que no eres eso que te encoge, que eres lo que está rompiendo la noche y tal vez el dolor que sientes pensando que la vida te está destruyendo, más bien, sea el dolor que sientes al destruir la vida que no es tuya.
Es hermoso lo que estás haciendo, es hermoso lo que eres, no dejes de hacerlo, no dejes de ser; tarde o temprano verás las chispas del fuego que has venido siendo y el cielo se iluminará.