juzgarse a uno mismo

Somos nuestros propios jueces y nadie debería ser mayor juez de nosotros que nosotros mismos, pues si alguien más es el mayor juez de lo que somos, esa persona tiene todo el poder sobre nosotros. Es trabajo nuestro, pero la forma en que lo hacemos puede hacernos o deshacernos, puede hacernos caminar mejor o puede hacernos tropezar. Tenemos la responsabilidad de juzgar nuestro ser, no el de otros, pero juzgarlo sin hacernos daño.

La forma en que juzgamos nuestro ser nos dice desde dónde nos estamos juzgando. La forma en que juzgamos nuestro ser nos dice si nos estamos juzgando desde nuestra verdad, desde nuestras circunstancias, desde lo que vemos, desde lo que sentimos o desde los demás. Y podemos identificar la forma en que nos juzgamos con tan solo ver la manera en que nos sentimos cuando nos juzgamos, con lo que somos cuando nos juzgamos. 

Si nos juzgamos desde algo que no somos, nos hacemos daño, nos sentimos inferiores, sentimos que no valemos, sentimos que todos son mejores que nosotros. Si nos juzgamos desde una herida, nos herimos. Si nos juzgamos desde nuestros miedos, provocamos más miedos en nosotros. Si nos juzgamos desde los demás, seremos e intentaremos ser alguien que no somos. Lo que somos cuando nos juzgamos revela desde dónde nos juzgamos.

Cuando nos juzgamos de manera objetiva, desde lo que realmente somos, no nos juzgamos para hacernos pedazos, sino más bien, para unir nuestros pedazos y reconstruirnos. Cuando nos juzgamos desde nuestra verdad, buscamos la verdad, buscamos hacer de nosotros algo que no nos haga daño. Sabemos que nos estamos juzgando desde nuestra verdad por la forma en que nos sentimos al juzgarnos. Ya no nos sentimos inferiores, sin valor y sin belleza, sino que tratamos de encontrar en nosotros esas cosas que necesitamos para poder caminar de mejor forma. Cuando nos juzgamos desde nuestra verdad, ya no hay comparación, comprendemos nuestra vida como un camino que solo nosotros podemos transitar.

Cuando nos juzgamos desde el miedo, nos destruimos. Cuando nos juzgamos desde la verdad, nos construimos. La destrucción y la construcción de nuestro ser, manifiestan la forma en que nos estamos juzgando, y eso también nos hace ver que podríamos no estar juzgándonos como debemos.

No podemos juzgarnos desde nuestra verdad si no conocemos nuestra verdad. Nos juzgamos desde cualquier otra parta y haciéndonos daño, justamente porque no hemos llegado a nosotros. No podemos partir de nosotros mismos si no estamos en nosotros mismos. Mientras no estemos en nosotros, viviremos juzgándonos para destruirnos. Es hasta que estamos en nuestra verdad que empezamos a juzgarnos para construirnos. 

“Es mucho más difícil juzgarse a sí mismo que juzgar a los demás. Si logras juzgarte bien a ti mismo, eres un verdadero sabio”.

El Principito – Antoine de Saint-Exupéry

1 comentario en “juzgarse a uno mismo”

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